Controversia en ‘The Last of Us’: ¿se apuraron con Joel y Abby?

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Los fanáticos del videojuego original de The Last of Us ya sabían lo que se venía y, al ver el último episodio de la serie, no podían evitar observar expectantes cómo reaccionaban sus amigos o familiares que desconocían el rumbo de la historia.

Y es que, como muchos ya esperaban (alerta de spoilers), se produjo la impactante y violenta muerte de Joel, uno de los protagonistas principales de la trama, a manos de Abby, la hija del médico que Joel asesinó en el hospital de los Luciérnagas mientras intentaba salvar a Ellie.

Se trata de información clave que, tal vez, el público aún no debería conocer en esta etapa de la serie.

Desde mi punto de vista, la adaptación televisiva cometió un error en cómo abordó esta parte de la historia. Además, se enfrentará a una serie de desafíos que ya se presentaron en los juegos, y no está claro si el formato de serie podrá superarlos. No, no estoy sugiriendo que deberían haber cambiado el rumbo de la historia para que Joel sobreviviera. Si se tomara esa decisión, habría que reescribir el resto de la saga desde cero, lo cual carecería de sentido.

Mi crítica apunta a cómo se entregó esta parte del relato y cómo esto inevitablemente diferirá del impacto que tuvo en el videojuego.

En apenas unos 20 minutos de tiempo en pantalla, los espectadores ya conocen toda la motivación de Abby para asesinar a Joel, incluyendo exactamente a quién mató él y cuál fue la razón detrás de su venganza. Esta revelación tan rápida contrasta marcadamente con la estructura narrativa del juego, donde ese conocimiento se desarrollaba de forma mucho más progresiva.

Ahora que se mostró todo esto de manera tan directa, aunque es cierto que no lo reservaron para una hipotética tercera temporada en 2027, sigo creyendo que podrían haber postergado este giro argumental. Con muy poco desarrollo previo, los espectadores ya conocen todo el trasfondo de Abby. Pero, ¿eso la convierte en un personaje suficientemente comprensible? ¿Empatizan con ella o simplemente la rechazan desde el inicio? Muchos parecerían ya tener su juicio formado, lo cual puede complicar que la serie consiga ese equilibrio narrativo que invita a ver “ambos lados” del conflicto.

Aquí es donde se marca la diferencia entre un videojuego y una serie, y por qué las adaptaciones 1:1 muchas veces presentan dificultades. En el juego, el jugador termina por ponerse en la piel de Abby, compartir con sus amigos, cuidarla y sobrevivir junto a ella en situaciones límite. Eso lleva a un momento clave en el que, controlando a Abby, se enfrenta a Ellie como una especie de “jefe final”.

En la serie, ¿cómo lograrán eso? El público verá ambos puntos de vista, sí, pero probablemente sigan apoyando a Ellie, ya que no tienen la experiencia de haber encarnado a Abby ni haber compartido su camino. Al no haber estado “forzados” a protegerla, empatizar con ella se vuelve mucho más difícil.

En definitiva, The Last of Us se enfrenta a un reto narrativo complejo: trasladar una experiencia profundamente interactiva a un medio pasivo sin perder la riqueza emocional que ofrecía el juego original. Y por ahora, parece que el camino elegido genera más preguntas que respuestas.